domingo, 24 de septiembre de 2017

Esas cosas locas de nińos...

Últimamente tenemos una agenda "infantil" más solicitada que la de un rey. Que si cumpleaños por aquí, quedadas para patinar, fiestas de barrio con hinchanles, juegos de mesa a las 10 de la mañana....
Todo esto mientras intentamos llevar al día los "temas" del cole. El curso pasado me sentía tremendamente mal, porque no estaba tan pendiente como debería de que hijanumerouno llevará el uniforme correctamente marcado con el nombre, el babe sin manchurrones de tomate, las fotos que pedía la Profe o ir a llevarla o recogerla a la salida de clase y no a madrugadores o la actividad extra escolar.
Así que este año me he propuesto estar más pendiente en el día a día escolar de la heredera. De momento he conseguido que tenga toda la ropa marcada (con la ayuda de maridotornado), el material escolar marcado (hasta las pinturas), las comunicaciones leídas y firmadas... No he conseguido lo de llevarla y buscarla a la fila (así que me pierdo todos los cotilleos) y neonato mal que existen los grupos de wasup del cole porque si no no habría manera de saber que la Profe ha pedido fotos para el cole...
"Ah, si, si mamá, ahora que lo dices... si, tengo que llevar una foto para lo de los responsables"
Todo el mes de septiembre danzando de un lado para otro, vamos una cosa loca, loca...
No damos a basto tan poco con los celos normales que pasa toda hermana mayor cuando su hermana se convierte en un ser graciosillo de dos veranos, que se mete en su habitación a jugar con sus juguetes pero sin la que no puede vivir. 
Ayer celebraron una fiesta loca de hermanas, aprovechando que papá no estaba y mamá quería pasar un ratito leyendo... llegó un momento en que las oía protestar por robarse los lacasitos, reír a carcajadas con alguna escena de la película y decir "mira, miiiiraaaa"... todo eso mientras yo combinaba los cabeceos con la lectura del mismo párrafo una y otra vez. Vamos que he pasado de salir de fiesta un sábado noche, a dormirme en el sofá cayéndome el iPad encima cuando en vez de leeer, dejaba descansar las pestañas.
Hemos pasado de disfrutar de fines de semana de manta y series, a ceder el salón para cenas especiales y pelis de "bebes jefazos", alfombras con restos de gusanitos y pequeñas manos recogiendo las piezas de juegos de mesa, en lugar de dvd de las chicas Gilmore.
El día después ya no se cura con una cerveza al sol, sino con un cola-cao (con pajita por favor) y tostadas con mantequilla (untadas con el dedo)
"Como hemos cambiado"... 
Hijanumerouno lloraba al salir de la bañera porque tiene mucho trabajo que hacer, hijanumerodos lloraba en el coche porque quería volver con sus amigos a los hinchables...
Y yo, pues me dan ganas de olvidar que soy la madre y tener una pataleta o dos....



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