jueves, 25 de febrero de 2016

Era mi sueño, ahora es mi ilusión: de cómo llegué a ser...

Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida

De pequeñita soñaba con ser profesora, otras veces con curar a los animales, algunas con dedicarme a cantar y subirme a escenarios (de hecho ensañaba en la habitación cómo sería dar un concierto), y ya al final soñaba con ser periodista.

Pero no era fácil, por motivos que no vienen al caso... (quizá el tener que irme fuera de casa se me hacía cuesta arriba y a abuelayatevale ni os cuento...)

Así que apunto de acabar los estudios en el colegio, el famoso B.U.P de los que fuimos a E.G.B, no tenía ni idea de que iba a pasar conmigo...

Pero un día estando en el otorrino, me vino la iluminación en forma de nódulos vocales y algo que llamó tratamiento logopédico. ¡Qué raro!, pensé yo, si eso de la logopedia es lo de enseñar a decir la /r/ a los niños... No podía estar más equivocada ;)

Se abrió ante mí una profesión fascinante en la que podías dedicarte a ayudar a personas con problemas de voz (vamos, los que se queda afónicos, ya me entendéis jejeje), enseñar a articular bien a los niños que tienen paladar ojival o retraso en el lenguaje, introducir sistemas de comunicación aumentativa o alternativa en niños con Parálisis Cerebral, etc etc etc... Haría falta una única entrada para hablar de todo lo que un logopeda puede llegar a hacer o trabajar...





En definitiva, no se trataba sólo del que enseña la /r/ o del que arregla los pies... Sí, en alguna ocasión alguien me ha confundido con un podólogo.

Así que decidí estudiar Ingeniería Naval, que nooooooo, que quería ser Logopeda!!! jajajajaja. 
  • Primer obstáculo: una nota de corte muy alta (ay, diosssssss a ver si no llego...)
  • Segundo obstáculo: salidas profesionales bajo mínimos
  • Tercer obstáculo: conocimiento de la profesión por la sociedad bajo cero...
La decisión estaba difícil pero el apoyo de unos padres que creían que tenía que estudiar lo que me gustara, una nota de selectividad buena (de la cual me enteré en un viaje con mi grupo de baile, mientras cenábamos en una de las paradas de camino a Alemania... jajajja, qué recuerdos...) y la ilusión de que a lo mejor, sí que podía dedicarme a ello y, además, todavía estaba muy lejos el momento... 

La suma de todo ello, hizo posible que empezará a estudiar una carrera en la que empollé como una condenada (desde anatomía hasta historia del cine, pasando por los pares craneales y siguiendo por un montón de intervención logopédica en...), conocí gente maravillosa que ahora son amigos súper especiales (vosotr@s sabéis quiénes sois ;) y descubrí una profesión asombrosa.



Así que aquí estoy, en el presente, siendo Logopeda y dedicándome a ello; ya son unos 10 años de experiencia en esta compleja profesión, sigo en continúa formación y luchando cada día por mantener la ilusión del primer día, del día en el que conseguí mi título de Logopeda.

Inauguro hoy una nueva sección en mi Blog, sobre logopedia, sobre mi experiencia; con consejos, con ideas y con trucos...

Porque necesito reconciliarme con mi profesión, recordar con orgullo lo que estudié y por qué llegué ahí...
Porque necesito volver a decir bien fuerte: Sí, YO soy LOGOPEDA. 

¡Era mi sueño, es mi ilusión!

P.D: 
- te lo dedicó a ti-1, que siempre crees en mí y me recuerdas que "tú vales mucho"
- también te lo dedico a ti-2, que me acompañas y compartes mi visión, que me llamas por mi "nombre de profesión"
- y por último a tí-3, que confías en mí y en mi intuición, en mi criterio y en mi ilusión

La Mery de Oz, "logopeda"





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